Las zonas rocosas, las laderas inclinadas con rocas y los protosuelos (suelos inmaduros) de las zonas de extracción son el hábitat de animales y especies vegetales muy especializados. Por ejemplo, las laderas rocosas que forman rocas no consolidadas son emplazamientos muy importantes para la reproducción de aves que construyen huecos como el avión zapador o las abejas salvajes. Las escarpaduras son lugares para anidar ideales para especies como los búhos reales, grajillas y cernícalos, mientras que plantas en peligro de extinción – como el cardo carline o pie de gato– se pueden encontrar en este tipo de terreno rocoso. Las zonas abiertas de protosuelo son hábitats muy valiosos de numerosas especies de pájaros, saltamontes, escarabajos y arañas, por ejemplo.